sábado, 2 de febrero de 2008

divagando

Acepto que me gustan las manifestaciones, siento que es una manera de expresar un sentir común.
He aprendido a respetar a los que no apoyan movimientos como ese.
Lo que no entiendo es: si nosotros (digamos los protestantes) entienden esa posición, ¿por qué el otro lado no mantiene su posición de no juzgar incluso en este asunto?
Intensidades.
Demasiadas.
A los ojos del otro, no está bien lo que hacemos, así que, ¿qué más da?

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